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La Copa del Mundo y los Juegos Olímpicos: Destacando los Riesgos de Corrupción en el Sector de la Construcción de Brasil

WorldCupConstruction [1]

La versión original de este post fue escrito en Inglés. La traducción es creado por Merrill Brink International [2].

Hace dos años, FCPAméricas presentó [3] perspectivas locales sobre los riesgos de corrupción derivados de la Copa del Mundo 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016, siendo Brasil el anfitrión de ambos eventos. Ahora, con el primer partido de la Copa del Mundo llevándose a cabo hoy, los reportes sobre casos específicos de abuso están empezando a llegar. Muchos de estos reportes están relacionados a la construcción de nuevas instalaciones.

Por ejemplo, el nuevo estadio de Brasilia, financiado por los contribuyentes, se ve nublado por una bruma de sospechas e indicadores de posible corrupción. Una reciente auditoría del gobierno, tratada aquí [4], determinó que los costos proyectados del estadio se habían triplicado, ascendiendo a casi US$1 billón. Esto convierte al estadio de Brasilia en el segundo más caro del mundo – esto, en una ciudad que ni siquiera ostenta un equipo importante de fútbol profesional. La auditoría identificó US$500 millones en gastos cuestionables en el estadio, tales como transporte de graderías prefabricadas cuyo costo fue presupuestado en US$4,700 y terminaron costando US$1.5 millones, o US$2.3 millones en gastos de materiales que son listados múltiples veces en las facturas.

Al mismo tiempo, un estudio [4] de la Associated Press reporta que el constructor principal del estadio aumentó sus donaciones políticas para las elecciones más recientes en casi 500 veces, recomendando un acuerdo quid pro quo con aquellos que otorgan los contratos.

Aun más alarmante es la respuesta a estas denuncias por parte de funcionarios del gobierno. El presidente del comité gubernamental de la Copa del Mundo en Brasilia, el cual es responsable por la supervisión del proyecto, cuestionó la elección del momento para el informe de auditoría del gobierno al decir, “ellos están tratando de consentir al partido.”

Estas historias destacan los riesgos de corrupción en la construcción de proyectos importantes de obras públicas, como estadios. A continuación algunos factores específicos que contribuyen con esos riesgos en Brasil:

  1. Emisión frecuente de permisos: La construcción demanda la emisión de permisos e inspecciones por parte del gobierno, lo cual requiere la interacción con funcionarios gubernamentales. En esta área, los requisitos regulatorios de Brasil pueden ser onerosos. En el Informe Doing Business [Haciendo Negocios] del 2014 [5] de The World Bank Brasil clasificó en la posición 130 de 189 economías en relación con la “facilidad para tramitar permisos de construcción,” con 15 procedimientos que requieren 400 días. Comparado a otros países latinoamericanos como Colombia (clasificando en la posición 24 con 8 procedimientos que toman 54 días), Ecuador (clasificando en la posición 64 con 16 procedimientos que toman 115 días), y México (clasificando en la posición 40 con 11 procedimientos que toman 82 días), las reglas de construcción de Brasil son sorprendentemente agobiantes. Debido a esto, es común que las compañías contraten despachantes (fijadores locales) para ayudar a conducir procesos, creando el riesgo de pagos inapropiados a terceros. Además, entre más complicadas sean las regulaciones, más grande es el número de funcionarios del gobierno involucrados y mayor es el criterio que tiene cada uno de ellos. Esto significa más margen para el soborno.
  2. Colusión/ fraude en licitaciones: Es común que proyectos costosos en el sector de la construcción sean financiados por el gobierno. En Brasil esto a menudo da lugar a sofisticados esquemas colusorios que involucran a múltiples actores para manipular la adjudicación de contratos. Por ejemplo, el Consejo Administrativo para la Defensa Económica de Brasil (CADE), su regulador antimonopolio, está actualmente investigando [6] varias compañías, incluyendo a Siemens de Alemania, Alstom de Francia, Mitsui de Japón, y Bombardier de Canadá, por fijación de precios relacionados a la construcción de las redes del tren y del metro en el país. Se reportó [7] que Siemens fue el primero en revelar de forma voluntaria el cártel a las autoridades.
  3. Conexiones políticas: Es sabido que el sector de la construcción en Brasil tiene relaciones amigables con funcionarios del gobierno. Por ejemplo, el Instituto Ethos y Transparencia Internacional llevaron a cabo un estudio de las elecciones del 2010 en el cual se determinó que 4 de los 6 mayores donantes de la campaña eran compañías de construcción. Una compañía donó más de 100 millones de reales en el ciclo (más de US$40 millones – ver la Tabla 1 del Informe Ethos [8]).
  4. Oportunidades para inflar costos: Debido a que cada proyecto de construcción es único, los costos de un proyecto a proyecto pueden variar grandemente. Esto hace difícil establecer puntos de referencia consistentes entre los proyectos para comparar y llevar control de los gastos. Además, ciertas áreas de trabajo tienden a crear oportunidades para inflar costos. Por ejemplo, en “movimientos de tierra,” los  costos relacionados con el movimiento y nivelado de bancos de tierra varían ampliamente basado en numerosos factores técnicos que pueden ser difícil de confirmar. Muchas de las mejoras a la infraestructura de Brasil para los eventos actuales involucran renovar autopistas, túneles, ciclovías y aceras, haciendo de los proyectos de movimiento de tierra algo común. Al inflar los costos, las compañías pueden obtener fondos adicionales con los cuales pagar sobornos.
  5. Contratos modificados: La modificación de contratos de construcción financiados con fondos públicos es un problema importante en Brasil. Bajo la ley brasileña, el gobierno está autorizado para modificar contratos de forma unilateral basado en el interés público. Cuando esto pasa, la compañía contratada tiene el derecho a hacer revisiones de precios para mantener el “equilibrio financiero y económico.” Esto crea una oportunidad para el abuso. Las compañías pueden obtener adjudicaciones iniciales basadas en estructuras propuestas de costos que son investigadas y que se determine que son legítimas, sólo para implementar una estructura modificada con componentes dudosos.
  6. Valores de contratación que empequeñecen los montos de los sobornos: Los gastos relacionados con la Copa del Mundo y Los Juegos Olímpicos en Brasil son enormes – el gobierno ya ha gastado [9] más de US$10 billones en mejoras para la Copa del Mundo solamente. Un artículo del New Yorker [10] recientemente señaló que entre más grande y más lucrativo es el proyecto de construcción, más insignificante podría parecer el costo del soborno. Esto significa que el caso de negocios para pagar el soborno es más fácil de armar cuando el soborno es relativamente pequeño comparado con el beneficio financiero. Además, incluso si el monto del soborno solicitado es significativo, el gran valor del contrato hace que el costo del soborno sea más fácil de ocultar en la estructura general de costos.

El periodo previo a la Copa del Mundo 2014 ha estado marcado por protestas y denuncias de corrupción. Y aunque pueda parecer prematuro hablar acerca de los Juegos Olímpicos del 2016 en Brasil, ya ha habido debates sobre corrupción en conexión con esos juegos también.

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